Hay gente que dice que todos
merecemos una segunda oportunidad, pero yo no creo que sea así, porque a veces
una segunda oportunidad puede hacer mucho daño.
Por ejemplo, un drogadicto que
por culpa de las drogas está viviendo en la calle, la gente cuando lo ve suele
decir “que lo hubiera pensado antes”. Pero si alguien lo llevara a un centro de
desintoxicación y le ayudara a salir de esa situación tan desagradable, seguro
que no volvería a caer, y podría ser una persona magnífica que valora la vida.
Creo que la gente puede aprender de sus errores y cambiar, pero muchas veces no
pueden hacerlo solos y necesitan que alguien les eche una mano.
Pero hay veces que no creo que la
gente merezca una segunda oportunidad. Todo el que maltrate a alguien no merece
una segunda oportunidad.
Por ejemplo un asesino, alguien
que ha matado a otra persona no merece otra oportunidad, igual que él no le ha
dado la oportunidad de seguir viviendo a su víctima. Es verdad que esta gente
está enferma y puede ir a un psiquiátrico y curarse, pero ¿Y si no es así? Quizás
creemos que está curado y mata a otra persona, mientras que si el drogadicto recae,
al único que se hará daño es a él.
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